3. ENTREVISTA
PSICOTERAPÉUTICA
La entrevista
terapéutica es una situación interactiva en la que los participantes ajustan
sus repertorios conductuales en función de la meta que se han propuesto
alcanzar.
CONCEPTO DE ESTRUCTURA EN LA ENTREVISTA TERAPÉUTICA
CONCEPTO DE ESTRUCTURA EN LA ENTREVISTA TERAPÉUTICA
Estructura de
una entrevista: Grado en que el entrevistador determina el contenido y el curso
de la comunicación que establece con su interlocutor. Puede variar a lo largo
de su desarrollo temporal.
Se extiende
desde un grado máximo de estructuración o directividad, a un grado mínimo de
estructuración o no directividad. Silva y Pelechano: La noción de estructura
alcanza aspectos muy variados de la entrevista, entre los que destacan:
- Las intervenciones del entrevistador.
- Las respuestas ofrecidas por el cliente.
- La táctica general o estilo de la entrevista.
- La recogida y formalización de la información obtenida.
Cuando el
objetivo de la entrevista es recopilar la mayor cantidad de información
específica, el proceso tiene a organizarse de forma altamente estructurada.
Cuando el
objetivo consiste en potenciar la comodidad y disponibilidad del paciente, el
terapeuta se esfuerza por interferir lo menos posible en la secuencia comunicativa
propuesta por su cliente, existe una carencia relativa de estructuración, que
se acerca al extremo de no directividad.
Peligro de una
entrevista altamente directiva: Puede convertirse en una especie de
interrogatorio y el rapport tiende a disminuir considerablemente. El
entrevistador puede incurrir en sesgos al elegir los temas a tratar o de ofrecer
alternativas, el tratamiento entero puede resultar inefectivo por su falta
inicial de relevancia.
Peligro de las
entrevistas caramente no directivas: La comunicación puede derivar en una
conversación trivial. Los encuentros terapéuticos se tornan inefectivos al
diluirse la información pertinente y la responsabilidad ante el cambio.
Factores que
inciden en el grado de estructuración de la entrevista. El objetivo general de
la entrevista.
- · La orientación teórica.
- · El grado de entrenamiento del terapeuta.
- · Las preferencias personales del entrevistador.
DIRECTIVIDAD VS
NO DIRECTIVIDAD
Características de las entrevistas terapéuticas directivas:
· El entrevistador tiende a llevar buena parte de la
conversación, realizando preguntas específicas sobre temas elegidos por él, al
tiempo que ofrece frecuentes informaciones o explicaciones del problema
planteado por el cliente.
·
El entrevistador intenta favorecer los cambios en
la conducta del paciente proponiendo acciones concretas que éste debería
realizar.
·
Para lograr sus objetivos terapéuticos, el
entrevistador recurre tanto a técnicas que explicitan el contenido de las
verbalizaciones del paciente, como a datos de observación o a la influencia que
su prestigio personal pueda ejercer sobre su interlocutor.
Características
de las entrevistas no directivas:
·
Las verbalizaciones del paciente son más extensas y
numerosas que las del terapeuta.
·
El terapeuta interviene cuando desea mostrar al
paciente que le acepta como persona y que comprende sus sentimientos, actitudes
y conductas, al tiempo que refuerza las verbalizaciones del cliente que tocan
esos temas.
TÉCNICAS
DIRECTIVAS MÁS EMPLEADAS, según el estudio de Porter:
El terapeuta
define la situación de acuerdo con los métodos de diagnóstico y tratamiento
("No sé que puede pasarte, pero lo averiguaremos a través de las pruebas
que realices y por medio de las entrevistas").
El terapeuta
indica el tema a tratar, pero permite que el paciente lo desarrolle a su manera
("Te importaría contarme más acerca de tus dificultades para dormir?").
El terapeuta,
además de elegir el tema, lo encauza, con objeto de tener una confirmación, una
negación o simplemente más información específica ("¿Con cuanta frecuenta
te sucede? Ó ¿Te sucede cuando estás solo?").
El terapeuta
identifica un problema, una fuente de dificultades, una actitud que sería
beneficioso modificar, etc., apoyándose en instrumentos diagnósticos o en
presupuestos teóricos ("Una de tus dificultades radica en que no has
tenido oportunidad de comparar tu habilidad con la de otras personas").
Interpreta los
resultados de diversas pruebas psicológicas, sin afirmar ni negar que existan
dificultades concomitantes ("Tu perfil, según el cuestionario de
Cattel,…").
El terapeuta
expresa acuerdo o desacuerdo, o cualquier otra reacción personal, ante el
discurso o la conducta del paciente ("¡Así se habla!")
El terapeuta
explica, comenta o da información sobre el tema que se está tratando
("Bueno, una razón podría ser que tú te sientes demasiado inseguro para
lograrlo").
El terapeuta
propone o instruye al paciente para que realice alguna actividad concreta, que
él considera que le resultará beneficiosa ("La práctica continuada de la
relajación puede ayudarle").
El terapeuta
trata de influir en la decisión o conducta que adoptará el cliente ("Me
gustaría que lo intentara otra vez").
El terapeuta
refuerza explícitamente o infunde confianza al paciente ("No quiero que te
desanimes, Sé que si perseveras lo conseguirás").
TÉCNICAS NO
DIRECTIVAS:
Definir la
situación terapéutica en términos de responsabilidad del paciente para dirigir
la entrevista, tomar decisiones, etc ("A veces, contar los propios
problemas nos ayuda a ver con claridad").
Indicar que se
ha comprendido la expresión de un sentimiento o actitud, manifestado en la
anterior verbalización del cliente ("Usted se siente muy afectado,
claro").
Interpretar o
responder a aquellos sentimientos o actitudes del paciente que hayan sido
expresados de manera implícita o muy sutil ("Supongo que hubiera preferido
no venir").
TÉCNICAS
IGUALMENTE FRECUENTES EN ENTREVISTAS DIRECTIVAS Y NO DIRECTIVAS
Preguntar de
manera que el paciente tenga que elegir o desarrollar un tema ("En qué has
estado pensando hoy?").
Indicar, que, en
efecto, se ha comprendido el discurso del paciente ("Uhm, te vas de vacaciones").
Indicar al
paciente que la decisión la debe tomar él ("Eso depende de ti").
Expresar acuerdo
o desacuerdo con la decisión tomada por el paciente ("Me parece una
postura acertada").
Una entrevista
de orientación requerirá más estructuración que entrevistas dedicadas a la
identificación de un problema.
Una entrevista
que se realiza en una situación de crisis, requiere más estructuración que una
que forma parte del periodo intermedio de un tratamiento largo.
Criterios para
determinar el grado de estructuración de una entrevista (Rogers):
La entrevista es
decididamente directiva cuando las intervenciones del terapeuta son
suficientes, por sí mismas, para mostrar la pauta general que sigue el proceso.
La entrevista es
altamente no directiva cuando, atendiendo exclusivamente a las verbalizaciones
del paciente, podemos establecer las pautas que ha seguido el proceso.
La entrevista es
semidirectiva cuando, a partir de las verbalizaciones de uno solo de los
participantes, es imposible establecer una pauta o tónica que caracterice el
proceso.
ETAPAS DE LA
ENTREVISTA TERAPÉUTICA
Durante una
entrevista terapéutica, pueden distinguirse 3 etapas, que, según su función,
suelen tener # grados de estructuración, aunque, como conjunto, puede ser
considerada como más o menos directiva.
PRIMERA ETAPA O FASE INICIAL:
Objetivo: Lograr
que el paciente se sienta cómodo en presencia del terapeuta, y dispuesto a
hablar sin inhibiciones.
El
establecimiento de esa clase de relación de trabajo se conoce como rapport, y
puede lograrse por medios habituales a otras formas de interacción social:
Expresiones no
verbales: sonrisa, apretón de manos, invitación a tomar asiento, etc.
Características
físicas del lugar: deben favorecer al máximo la confianza, la sensación del
paciente de estar adecuadamente atendido y asegurarle la confidencialidad.
Resultados del
trabajo de Fiedler: Los terapeutas más experimentados de las diversas
tendencias teóricas, consideraron los siguientes rasgos como los más
destacables para una relación terapéutica eficaz.
Los comentarios
del terapeuta se mantienen en la misma línea de pensamiento que la desarrollada
por el paciente.
El terapeuta es
totalmente apto para comprender los sentimientos del paciente.
El terapeuta
intenta comprender los sentimientos del paciente.
El tono de voz
del terapeuta expresa su capacidad para compartir los sentimientos del
paciente.
El terapeuta
considera al paciente como su colaborador en la resolución de un problema
común.
- El terapeuta trata a su paciente como a un igual.
- Rasgos más disfuncionales para una relación terapéutica:
- El terapeuta se presenta de forma que es vivido por el paciente como un castigo.
- El terapeuta provoca en su paciente el sentimiento de ser rechazado.
- La relación interpersonal que se establece es fría.
- El terapeuta pone al paciente en su sitio, con cierta frecuencia.
- El terapeuta busca el favor del paciente.
- El terapeuta busca impresionar al paciente haciendo alarde de su capacidad o conocimientos.
- El terapeuta trata al paciente como si fuera un niño.
- En definitiva, en la medida en que el terapeuta se esfuerza por crear un clima cómodo y de colaboración, la relación que establece con su paciente tiende a basarse en técnicas no directivas.
Pero, en un momento dado pueden ser aconsejables intervenciones más activas. El clima de colaboración se ve favorecido por el empleo de una técnica directiva: el encuadre: Presentar o definir la situación de entrevista, mediante la especificación de los objetivos de la interacción terapéutica y de las fases y técnicas generales de que consta el tratamiento.
El encuadre:
Disminuye la
ansiedad del paciente al proporcionarle puntos de referencia Þ se produce un
incremento de la motivación para permanecer en el tratamiento.
Ofrece al
terapeuta la oportunidad de establecer hipótesis sobre la forma en que él, y
sobre todo sus expresiones y actitudes menos controlables conscientemente,
influyen sobre el paciente.
Da al terapeuta
la oportunidad de establecer una primera hipótesis sobre la clase de persona
que es su paciente.
Duración de la
primera etapa: Oscila entre 10 minutos (primera y única entrevista) y de 12-15
horas repartidas en varias sesiones (cuando es preciso realizar un detallado
historial clínico.
Sullivan: El final de la primera etapa tiene lugar, cuando el paciente ha transmitido suficiente información sobre sus dificultades, como para que su interlocutor haya podido establecer, una primera hipótesis muy general, sobre la clase de problema que motiva la necesidad de tratamiento.
Sullivan: El final de la primera etapa tiene lugar, cuando el paciente ha transmitido suficiente información sobre sus dificultades, como para que su interlocutor haya podido establecer, una primera hipótesis muy general, sobre la clase de problema que motiva la necesidad de tratamiento.
Se aconseja
finalizar la etapa con un resumen, lo que facilita una transición pausada a la
siguiente etapa. Además, da al paciente la oportunidad de corregir posibles
malas interpretaciones.
SEGUNDA ETAPA O
FASE INTERMEDIA:
La transición
entre la primera y segunda etapa debe realizarse de la manera menos brusca
posible.
La fase intermedia, cuando la meta es un logro terapéutico, puede subdividirse en las siguientes etapas:
La fase intermedia, cuando la meta es un logro terapéutico, puede subdividirse en las siguientes etapas:
- Identificación del problema.
- Elaboración de hipótesis.
- Propuesta de solución.
- Ejecución del tratamiento.
Aunque es durante
el periodo de tratamiento donde más se hace notar la influencia del modelo
teórico, es frecuente que su objetivo general se aborde mediante una
combinación de técnicas directivas y no directivas.
La consecución
de los objetivos generales de la fase intermedia, requiere que el terapeuta
desarrolle 3 clases de habilidades:
- Saber escuchar activamente sin interrumpir a su paciente: Si el entrevistador no sabe escuchar puede provocar, por parte del paciente:
- El abandono de la autoexploración.
- El descenso de la motivación.
Fallos de
atención.
- Riesgo de comprender erróneamente las dificultades del paciente.
- Seleccionar una estrategia de intervención inadecuada.
- Junto con las técnicas no directivas, son respuestas que denotan atención y escucha los ligeros movimientos de cabeza, los refuerzos del tipo uhmuhm, las exclamaciones ya, ya, comprendo, si, etc.
- La utilidad de éstos indicios que revelan el interés del entrevistador, puede categorizarse en 3 puntos:
- Actúan como un poderoso refuerzo que incide en el deseo del paciente de hablar de sí mismo y de sus problemas: efecto Greenspoon. Su ausencia puede provocar una actitud negativista en el paciente.
- Favorecen la adecuada formulación de los problemas del paciente, potenciando la identificación del núcleo de los mismos.
- Animan al paciente a asumir la responsabilidad de seleccionar el tema y el tono que desea imprimir a la entrevista.
- Obstáculos que tiene que superar el entrevistador para mantener su atención y desarrollar su capacidad de escuchar al paciente, según Cormier y Cormier:
- Tendencia a juzgar y evaluar los mensajes del cliente.
- Tendencia a distraerse por factores como el ruido, las presiones del horario o el tema de la entrevista.
- Tentación de responder a las piezas de información ausente haciendo preguntas precipitadas.
- Tentación de proponerse a uno mismo como fuente de solución de problemas.
- Preocupación por lo bien o mal que uno mismo se desenvuelve como profesional.
Elaboración de
hipótesis:
Para poder
elaborar hipótesis sobre la clase de problemas o dificultades del cliente, es
necesario:
Saber observar lo que sucede durante la entrevista:
Saber observar lo que sucede durante la entrevista:
Nahoum
recomienda tanto la autoobservación, como la observación de los niveles de
conducta del cliente.
Autoobservación:
El terapeuta debe vigilar sus reacciones, esforzándose por no hacer
interpretaciones inmediatas.
Este autocontrol
tiene 2 objetivos:
- Desarrollar la actitud psicológica de objetividad que es necesario mantener durante la entrevista (tomar partido, a favor o en contra, conllevaría la adopción de conductas que el paciente capta con facilidad).
- Mantener la libertad de espíritu que necesita para evaluar correctamente. Aunque, el hecho de que deba rechazar las primeras interpretaciones, no significa que no deba anotarlas, pues, en su momento, puede ser información valiosa.
Observación de
los niveles de conducta del cliente:
Nahoum
recomienda observar 2 niveles:
- El lenguaje y los conceptos utilizados: Ofrecen información sobre el medio social del cliente (En caso de que se autodefina con conceptos como tímido, nervioso, etc, se le pedirá que de ejemplos de su conducta, y probablemente éstas nociones tengan un significado # al otorgado pro el terapeuta). Las características de sintaxis empleadas, suelen manifestar el caudal cultural asimilado, mientras que la pronunciación, la elocución y las distorsiones de pronunciación o el ritmo, revelan sus sentimientos y actitudes (con frecuencia, éstos aspectos suelen estar en contradicción con el contenido semántico).
- La comunicación no verbal y la expresividad general: El rostro vehiculiza la información relativa a los sentimientos y emociones. También es conveniente, prestar atención a las manos y a los movimientos corporales, pues tienden a expresar la intensidad de las emociones.
Deslindar la
información objetiva de las informaciones que tienden a enmascararla:
Hay que tener presente que, cualquier persona, cuando habla de sí mismo y de sus actuaciones anteriores, tiende a minimizar los aspectos desfavorables para ofrece la mejor imagen posible.
Sullivan, piensa que el móvil de ésta manera de actuar es la ansiedad (del terapeuta).
Para poder objetivar la información que ofrece un cliente es necesario:
Hay que tener presente que, cualquier persona, cuando habla de sí mismo y de sus actuaciones anteriores, tiende a minimizar los aspectos desfavorables para ofrece la mejor imagen posible.
Sullivan, piensa que el móvil de ésta manera de actuar es la ansiedad (del terapeuta).
Para poder objetivar la información que ofrece un cliente es necesario:
- Identificar los efectos de la ansiedad del cliente sobre la interacción y la comunicación, de modo que, su inseguridad respecto a la opinión del entrevistador sobre lo que él cuenta, afecte lo menos posible a la evaluación de lo hechos.
- Controlar su propia ansiedad para que no desemboque en interpretaciones precipitadas o en la autodefensa del rol del experto.
- Saber abordar las fluctuaciones de la comunicación y de la interacción, tal como se van presentando a lo largo de la entrevista.
La capacidad
para adecuar las técnicas a las fluctuaciones de la comunicación y de la
interacción, se halla íntimamente ligada a la identificación de las
distorsiones, que introduce la ansiedad de los participantes en la relación
terapéutica.
Sullivan: En la entrevista, los cambios en la actitud del entrevistado, deben entenderse como respuestas a los cambios de actitud del entrevistador (cuando un terapeuta observa una clara modificación de la actitud inicial del paciente, debe cuestionarse la clave bajo la cual está funcionando a percepción interpersonal en esa situación concreta).
Cuando la actitud fundamental de los participantes en una entrevista terapéutica, consiste en el autorespeto y en el respeto hacia el otro, no es previsible que existan esas fluctuaciones (a menos que las expectativas del cliente hacia el terapeuta se vean frustradas).
Cuando la interacción y la comunicación fluctúan durante la entrevista, las variaciones pueden seguir 2 direcciones (Sullivan):
Sullivan: En la entrevista, los cambios en la actitud del entrevistado, deben entenderse como respuestas a los cambios de actitud del entrevistador (cuando un terapeuta observa una clara modificación de la actitud inicial del paciente, debe cuestionarse la clave bajo la cual está funcionando a percepción interpersonal en esa situación concreta).
Cuando la actitud fundamental de los participantes en una entrevista terapéutica, consiste en el autorespeto y en el respeto hacia el otro, no es previsible que existan esas fluctuaciones (a menos que las expectativas del cliente hacia el terapeuta se vean frustradas).
Cuando la interacción y la comunicación fluctúan durante la entrevista, las variaciones pueden seguir 2 direcciones (Sullivan):
Mejoría: Supone
que el paciente, en ese momento ha experimentado un alivio de la sensación de
que causaría una mala impresión.
Deterioro: El
paciente comienza a comportarse como si dudara de la valía del entrevistador.
El requisito fundamental: que el terapeuta controle su ansiedad, esforzándose
por identificar retrospectivamente, los factores que han provocado el deterioro.
En ésta
situación de deterioro, Sullivan recomienda revisar 3 tipos de datos:
- Conjunto de hechos que definen la situación: Establecer si el proceso se ha desarrollado de forma insidiosa o si el cambio se ha instalado a partir de un momento determinado.
- Factores que hayan podido contribuir al desaliento del paciente respecto a los resultados de la entrevista.
- Relación que establece entre la situación actual y la conducta del entrevistador hacia ese paciente, remontándose a los primeros momentos de la interacción (verificar hasta qué punto el paciente provocó desagrado al entrar en la consulta).
- Conductas que indican que la entrevista comienza a deteriorarse (tanto la comunicación como la interacción):
Cambios en la
actitud del entrevistado que se expresan en bruscas manifestaciones de
aburrimiento, irritación, enojo o diversión.
En el
entrevistador: El más pernicioso es la inseguridad del terapeuta respecto a su
valía que con frecuencia se expresa mediante una falta de atención,
menosprecio, lo que hace que la ansiedad inicial del cliente se agrave, que
adopte una actitud sumisa para tranquilizar al terapeuta o que la comunicación
se rompa.
Es posible trabajar en una situación comunicativa deteriorante, siempre que ésta no conlleve la desintegración de la interacción: Cuando, ante una situación de deterioro, el terapeuta está alerta respecto a su propia ansiedad, atendiendo especialmente a la irritación (deberá identificar su causa para preguntarse de qué manera su ansiedad se relaciona con sus expectativas de éxito y con las intervenciones concretas ya realizadas).
El entrevistador establece sus hipótesis, a partir de sus impresiones y de la información de que dispone, pero, debe esforzarse por falsearlas.
Es posible trabajar en una situación comunicativa deteriorante, siempre que ésta no conlleve la desintegración de la interacción: Cuando, ante una situación de deterioro, el terapeuta está alerta respecto a su propia ansiedad, atendiendo especialmente a la irritación (deberá identificar su causa para preguntarse de qué manera su ansiedad se relaciona con sus expectativas de éxito y con las intervenciones concretas ya realizadas).
El entrevistador establece sus hipótesis, a partir de sus impresiones y de la información de que dispone, pero, debe esforzarse por falsearlas.
2 estilos diferentes:
Terapeuta o
estilo intuitivo
- No formula explícitamente las hipótesis que va elaborando sobre el problema de su paciente, sino que, establece masivamente inferencias inadvertidas que regulan sus intervenciones posteriores.
- Esta forma de abordar la entrevista resulta especialmente rica en espontaneidad, y, por ello, peligrosa (la conducción del proceso se independiza de los datos concretos).
- Convierte la interacción terapéutica en un proceso poco controlado y menos controlable aún con el paso del tiempo.
- Formula explícitamente las hipótesis que maneja en relación con su cliente, al tiempo que trata de identificar los pasos que le han llevado a relacionar ciertas apreciaciones con ciertas hipótesis.
- Se esfuerza por probar las hipótesis mediante intervenciones explorativas.
- Periódicamente dirigen a sus cliente preguntas críticas, cuya respuesta confirmará o indicará que la hipótesis de be ser rechazada y sustituida.
- Aplica en su trabajo el método hipotético-deductivo.
Saber preguntar
(capacidad de controlar las pautas enunciativas susceptibles de sesgar las
respuestas de su interlocutor).
No preguntar
nada al cliente sin que se pueda justificar porqué se ha demandado esa
información concreta, en ese preciso momento.
Saber preguntar
implica tener en cierta las siguientes consideraciones:
Las preguntas
dirigidas personalmente al sujeto, empleando el vocativo tú, usted o llamándolo
por su nombre, tienden a generar respuestas más fiables que si la pregunta se
formula de manera abstracta (María, ¿usted vio…? En lugar de ¿Se veía…?).
Se recomiendan
las formulaciones en afirmativo en vez de en negativo, y las frases carentes de
artículos definidos respecto a las que los incluyen. Este fenómeno se relaciona
directamente con el efecto halo o sesgo introducido por el entrevistador
("Encontró usted… en lugar de ¿No encontró usted…?).
El enunciado de
una pregunta debe evitar sugerir la respuesta. Así mismo, se deben evitar
formulaciones que puedan dar lugar a condicionamiento semántico (¿Cómo son las
relaciones con su esposa? En lugar de ¿A usted le gusta maltratar a su esposa
¿verdad?").
El enunciado de
una pregunta no debe contener alternativas cerradas de tipo disyuntivo, ni
categorías que conlleven una implicación ("¿El era… o era…?, no ¿Ella
estaba…?").
Las preguntas
deben enunciarse de manera que su respuesta no haya de ser obligatoriamente
prolija. En caso de que la información que se busca sea extensa o compleja,
formular las preguntas escalonadamente, recurriendo a varias interrogaciones
independientes entre sí (no bombardear con varias preguntas a la vez).
Antes de
formular una pregunta es necesario evaluar las posibilidades de que el sujeto
tenga conocimientos necesarios para responderla.
El enunciado de
una pregunta no debe ser, ni tan específico que pueda dar lugar a una respuesta
irrelevante, ni tan general que promueva una respuesta estereotipada.
Prestar atención
al marco de referencia implicado por el enunciado de una pregunta (que quede
explicitado y no hay de ser inferido por el cliente).
Antes de
formular una pregunta, conviene evaluar hasta qué punto ésta provocará en el
paciente una especial tensión, que le lleve a ponerse a la defensiva, o una
distensión que le oriente hacia la divagación.
El orden de una
serie de preguntas resulta más efectivo cuando sigue un criterio psicológico
(motivación, expectativas…), que cuando el criterio estructurante es de
naturaleza lógica (particular, general…).
Es aconsejable
disponer de enunciados alternativos para cada cuestión, y emplearlos siempre
que el paciente dé muestras de no captar el sentido de la pregunta.
La estructura
sintáctica y la selección léxica de una pregunta deben realizarse buscando la
sencillez, la claridad, eligiendo voces activas en vez de pasivas, y cuidando
las implicaciones emocionales de los términos elegidos.
TERCERA ETAPA,
FASE FINAL O CIERRE DE LA ENTREVISTA O TRATAMIENTO
Objetivo
fundamental: Consolidar los logros alcanzados durante las etapas anteriores del
proceso.
Se inicia con la suave indicación del entrevistador respecto a que se acerca el final, seguida por un resumen de los contenidos tratados.
Se inicia con la suave indicación del entrevistador respecto a que se acerca el final, seguida por un resumen de los contenidos tratados.
Con el empleo de
ésta técnica se persiguen 2 objetivos:
La oportunidad
de aclarar posibles malentendidos.
Posibilidad de
comunicar cualquier información que hubiera quedado retenida por diversos
motivos (Es posible que el cliente, en éste momento, ofrezca información
relevante, especialmente, aquellos que no desean que se acabe la entrevista y
que tratan de prolongarla, o, en pacientes que dejan de temer las consecuencias
de revelar una información que ellos consideraban perturbadora).
El siguiente
tipo de intervención en ésta fase son las prescripciones.
Según los
modelos teóricos adoptados, pueden consistir en:
Tareas para
casa.
Recomendaciones
acerca del manejo de futuros problemas.
Reasegurar al
paciente respecto a su capacidad de manejarse sólo.
Potenciar su
motivación en los temas tratados sugiriendo como podría abordarse la sesión
próxima.
Especificar cómo
se realizará el seguimiento.
En cualquier
caso, consiste en atar los cabos sueltos, insistiendo en los aspectos
potenciadores de la comprensión del paciente respecto de sus dificulat4ades, y
en su esperanza y autoconfianza frente al futuro.
Esta etapa
culmina con la despedida formal, que consiste en los rituales sociales
habituales de una despedida. Se recomienda que sea breve y respetuosa, pero
cálida.
La transición entre el tratamiento y el post-tratamiento se realizará de la forma más suave y productiva posible.
La transición entre el tratamiento y el post-tratamiento se realizará de la forma más suave y productiva posible.
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